martes, 16 de agosto de 2016

El saber en el Medioevo

La Matemática interesa en Europa por el contacto con los árabes. Hasta esa época se conocía la Geometría de los griegos a la que no se le había agregado casi nada, el sistema de numeración decimal, posicional y con cero de los hindúes y generalizado por los árabes, el Álgebra y la Trigonometría de los árabes. Los números eran los naturales, racionales, irracionales, todos positivos. Los negativos eran soluciones falsas.

A partir de los siglos XII y XIII, los occidentales comienzan a dar fundamentos, ya visualizados hasta entonces de la Matemática. 

Durante el siglo XIII surgió la figura de Leonardo de Pisa (1180 1250) más conocido como Fibonacci al difundir el actual sistema numérico (indo-arábigo) que utiliza la base 10 o decimal, mucho mejor que cualquiera de los existentes, y más en Italia donde aún funcionaban con los numerales romanos y el ábaco. Una de las ventajas del nuevo sistema era que se podían escribir las operaciones en papel, mientras que con números romanos no había forma de hacerlo: solo se anotaba el resultado final y para los cálculos había que emplear el ábaco. Al principio, la mayoría, en especial los mercaderes, no estaba muy entusiasmada, pero poco a poco su practicidad quedó fuera de toda duda convirtiéndose en instrumento indispensable para el desarrollo del comercio. Durante bastante tiempo la sucesión o números de Fibonacci no fue más que el resultado de uno de los muchos problemas planteados en el libro “Liber Abaci”. Tanto es así que el propio Fibonacci nunca llegó a conocer su trascendencia, ni que su nombre quedaría unido a su solución.

Otro contemporáneo, aunque no tan excepcionalmente dotado fue JordanoNemorarius (1225-1260) quien debemos la primera formulación correcta del problema del plano inclinado. El profesor parisino Nicole Oresmes (1323-1382) generalizó el concepto de potencia, introduciendo los exponentes fraccionarios, las reglas de realización de las operaciones con ellos y una simbología especial, anticipándose de hecho a la idea de logaritmo.

Cuando se traducen los Elementos de Euclides, la fundamentación axiomática lleva a pensar que lo que él hizo para la Geometría, se podría hacer con los números, surge la idea de fundamentar axiomáticamente a los números naturales.

Ya en el siglo XV, época de las grandes navegaciones, la Trigonometría fue separada de la Astronomía, alzándose como ciencia independiente de la mano de Müller.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario